Para probarlo, Peter Miller y su esposa decidieron ahorrar energía en su propia casa, descubrieron así que en una vivienda promedio de Estados Unidos se producen unos 70 kilogramos diarios de CO2 con actividades comunes, como encender el aire acondicionado o manejar un coche. Esto es más del doble del promedio de las naciones europeas y casi cinco veces el promedio global; también un litro de gasolina agregaba significativos 2.34 kilogramos de CO2 a la atmósfera, un kilowatt por hora (kWh) de electricidad en Estados Unidos produce 0.7 kilogramos de CO2. Cada metro cúbico de gas natural emite casi dos.
Luego de tener que solucionar varias situaciones, llegaron a la conclusión que éste cambio empieza en casa con el cambio de una bombilla, la apertura de una ventana, una caminata a la parada del autobús o un viaje en bicicleta a la oficina de correos.
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